Recordando nuestras palabras más queridas: En el capítulo
sexto de la segunda parte del trabajo incluiremos un apartado para nuestro
propio idioma.
Tsevantou una chábana ya topou un garduñu debaxu.
Al nenu gustatse muitu la ratsa del cuechu.
El cocíu taba estsandiu.
A la vaca que trabachaba d’una mano sola chamábasetse
cametsiega en Pertsunes.
¡Tsevántate Vicente, que ya ta’l carretsín pa las
Cogotsas!.
-... Como palabras raras
pero bonitas y que nos gusta recordar,
yo propondría el tsaz (hielo en placas sobre los caminos), los
tsiviachos (derivaciones del agua de las presas para regar), el tsurame (la
correa que unía los palos de machar las espigas), el putseiro (palo del
gallinero, no confundir con el pucheiro, el pote donde se cocinaba), la botsena (miga de pan), el sarriu (hollin
de las Tsariegas por el techo y las vigas) a no confundir con el xarro (jarro)
ni con el zarro (cierre vegetal o seto
entre fincas), o la Tsueza (el barro y
la tierra amasada cuando llueve, no confundir con la chofla o chafardina que
llamaban en Perlunes a la nieve derritiéndose, ni tampoco con la chanflaina que
es un guiso de sangre de cerdo, ni mucho menos con la tsueca de las vacas. Por
el contexto sabremos si es barro o una pita tsueza, (gallina clueca)…
Aquí os dejo un pequeño anticipo de cosas que iremos
poniendo en el texto que vamos confeccionando poco a poco, espero despertar
vuestra curiosidad por las palabras de nuestro entorno y que me ayudéis a
encontrar las mejores.
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